Podemos reservar un vuelo a través de una aplicación y hacer el check-in por el móvil, pero sin el piloto, las azafatas, o inclusive los responsables por despachar nuestro equipaje, no hay viaje. Sin la recepcionista del hotel o inclusive el cargador de valijas no podremos llegar a nuestras habitaciones. ¿Imagínese, entonces, cómo sería conocer una ciudad como Paris sin un guía? No ayudaría mucho recurrir al inglés o tratar de hablar una suerte de “espancés” o “frañol”.
Es un hecho: en la industria del turismo (que según los datos de Embratur mueve 131,12 mil millones de reales por año -aproximadamente 8% del PIB nacional-), sin el elemento humano nada es posible. Este es el factor primordial que hace del turismo algo tan encantador. Aun en los tiempos modernos, en que podemos encontrar guías online para casi todos los lugares, la charla cara a cara, la empatía con cada viajero y las sonrisas tienen un valor inmensurable.
El turismo, además de su poder agregador, es un sector que promueve experiencias inolvidables, tanto para quien consume un producto o hace un viaje, como para quien ofrece un producto o recibe a un viajero. Existe el intercambio de experiencias, el contacto con nuevos idiomas y con las particularidades de una nueva cultura. Como decía Mario Quintana, “Viajar es cambiar la ropa del alma”.
Este mercado es uno de los pocos que logra mantener una curva ascendente de crecimiento año a año. La Organización Mundial del Turismo (OMT) señala, inclusive, el optimismo del sector, con una proyección de aumento del 3 al 4 % en las llegadas internacionales en todo el mundo todavía durante este año, principalmente en las regiones de África y Pacífico (5 al 6 %), de las Américas (del 4 al 5 %) y de Europa (del 2 al 3 %).
Por integrar de forma importante y compleja la agenda de esta industria, el segmento de eventos también enfrenta grandes retos, particularmente cuando se depara con tanta tecnología “robando el show” de los encuentros personales. Son las aplicaciones de conversaciones y conferencias que facilitan el día a día y las conexiones en todo el mundo. Por un lado, esta realidad ofrece velocidad y practicidad al promover, virtualmente, encuentros que antes se realizaban presencialmente. Por otro, sabemos que los eventos jamás serán reemplazados por la tecnología, que continuará siendo una pieza fundamental para el éxito de los negocios.
Complementariamente, la misma tecnología que es un gran facilitador en las relaciones ya establecidas, es insuficiente para establecer una relación de confianza cuando el tema es hacer un negocio o una alianza. ¿Después de todo, usted pondría su trabajo o las estrategias más importantes de su negocio en las manos de personas que nunca vio?
En este sentido, podemos afirmar, inclusive, que eventos como WTM Latin America, por ejemplo, que son cruciales para la industria, no existirían sin la presencia física de las personas.
Hoy, después de cinco años de haber sido lanzado en la región y de convertirse en el evento más internacional de América Latina, que propicia negocios de más de US$ 375 millones, WTM Latin America continúa emocionándome: cuando el evento tiene lugar y veo a las personas apretándose las manos y abrazándose, me acuerdo de cómo nuestra industria es motivadora y cómo la tecnología es esencial y estará cada vez más presente en un industria que, paradójicamente, se mueve por el contacto cara a cara.
¿Y usted, ya se preguntó qué lo mueve? https://www.youtube.com/watch?v=8pYiykj93f8