*Por ATTA (Asociación de las empresas de Turismo de Aventura)
Todos sabemos que el comportamiento del turista va a cambiar después de esta gigantesca pandemia. El equipo de la Adventure Travel Trade Association, especialmente nuestra especialista en ‘Behavioral economics’ o economía conductual, Milena Nikolova, ha creado un listado con algunas tendencias que tenemos que poner atención y prepararnos para ese momento.
La higiene es fundamental
Habrá una expectativa de que todos los servicios, productos y experiencias demuestren mejores prácticas de higiene. Vamos a tener una demanda de normas y certificaciones de higiene relacionadas a la limpieza de los medios de transporte, acomodaciones, certificados médicos del estado de salud de los guías, certificaciones de manejo de alimentos, etc.
Todo sin contacto físico
Los viajeros esperan poder hacer su reserva, check in o identificación, y pagarla a través de dispositivos móviles, virtuales y sin contacto. Esta tendencia también traerá consigo una demanda de nuevos niveles de seguridad para los servicios digitales y la protección de la identidad.
Personajes humanos virtuales
Se esperan soluciones sofisticadas, como asistencia digital con una interfaz humana. Todo diseñado para transmitir confianza y mayor comodidad en los viajeros. La tecnología digital también ofrece la oportunidad de proporcionar nuevas soluciones para viajeros independientes.
Social sin hacinamiento
La salud y la seguridad van a seguir siendo las principales preocupaciones para los viajeros. Los destinos deben ser conscientes de los temores de las personas, no sólo de viajar, sino también de las multitudes. Este miedo afectará los patrones de comportamiento. Es probable que haya una demanda de visitas con grupos pequeños y experiencias autoguiadas. Por lo que habrá una expectativa de que los destinos y operadores incorporarán medidas para evitar el hacinamiento.
Como resultado del COVID-19, es probable que haya más interés en la naturaleza, las actividades al aire libre y el turismo regional. Es una oportunidad para que los destinos piensen a dónde enviarán a las personas y transferirán la demanda de viajes e intereses. Ahora también se requiere cambiar el presupuesto al mercado local y cambiar el enfoque del turismo internacional hacia el nacional.
La misión por detrás del servicio
Se está desarrollando un mundo más solidario y el sector de turismo necesita sintonizarse con esto. Esta es una oportunidad para dar un paso adelante y destacarse. El miedo de las personas debe ser reconocido y entendido, por lo tanto, las empresas deben cambiar su pensamiento. Después del COVID-19, las expectativas de un alto nivel de atención al cliente seguirán siendo una característica central de los productos, servicios y experiencias. Se espera una actitud afectuosa y proactiva en asuntos que son importantes para la sociedad, como por ejemplo: cambio climático, igualdad de género etc.
Valor como moneda base
La pandemia del COVID-19 ha cambiado el mundo y la forma en que pensamos. Ha hecho que todos sean más cuidadosos en sus acciones. Viajar ya no es fácilmente accesible, por lo tanto, cuando las personas viajen, valorarán más la experiencia. Los turistas se centrarán más en el valor del viaje o experiencia y evaluarán los precios sobre esa base. Los viajeros pueden buscar ofertas premium de alta gama que les brinden más garantías de seguridad. Puede haber un aumento en la reserva con asesores de viajes que puedan ofrecer ese nivel adicional de servicio y seguridad. Los destinos deben ser creativos en sus ofertas y proporcionar las garantías de bienestar, seguridad y resaltar sus beneficios.
Asimismo, con la incertidumbre generada por el COVID-19, sabemos que inevitablemente este influirá en la forma en que los viajeros pensarán, planificarán y consumirán experiencias. ¿Cómo usted está preparándose para ese cambio?
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no necesariamente reflejan la posición de WTM Latin America.