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Estamos en 2019 y los blogs no han muerto

*Por Carlos Arruda

Haga una búsqueda en la web y no será difícil encontrar artículos que decretan la muerte de los blogs. Los textos de tiempos tan lejanos (en lo que se refiere a Internet) como 2008 ya afirmaban que los blogs eran un medio sin futuro.

Y vean, estamos en 2019 y los blogs no han desaparecido. Por el contrario, están vivos y con buena salud.

Con el tiempo, los blogs se han posicionado en la red como plataformas para la generación de contenido independiente. Se establecieron con sus propios modelos de negocio, de una manera que ni siquiera el analista más audaz se atrevería a afirmar en la década pasada.

Los blogs y las redes sociales

Hace diez años, los análisis que declaraban que el fin de los blogs se acercaba se fundamentaban en la competencia, inicialmente desigual, que tendrían que enfrentar contra los sitios web –mucho más grandes y populares– que estaban surgiendo. El futuro era sombrío.

Facebook, Twitter y otras redes sociales se presentaban como ambientes donde el contenido producido por el bloguero, que anteriormente estaba restringido a su comunidad de lectores, podría compartirse a gran escala, con el potencial de llegar a un público mucho mayor.

Yendo atrás de la posibilidad de amplificar el contenido, la blogosfera en peso migró. Las charlas, discusiones y amistades que antes tenían lugar en sus cajas de comentarios comenzaron a desarrollarse bajo las alas de los principales sitios web del Valle del Silicio. Era natural imaginar que los blogs serían completamente absorbidos por estos sitios web mayores y dejarían de existir.

Después de todos estos años, las predicciones de crecimiento de las redes sociales y de cambio de comportamiento de los usuarios eran correctas. El blog como diario personal, como solía estar rotulado en aquella época, perdió el espacio que tenía. Muchos blogueros se convirtieron en twitteros, instagrammers, influencers, pero otros tantos incorporaron estas funciones al acto de bloguear, creando extensiones de su propio contenido.

Si en muchas cuestiones el análisis original era correcto, el error, sin embargo, residió en considerar que los blogs eran simplemente instrumentos de interacción social y, por lo tanto, morirían o serían completamente reemplazados por una nueva plataforma.

Los blogs han sobrevivido en un mundo de creación de contenido volátil y efímero porque son plataformas para la producción de contenido autoral, perenne y buscable.

Los blogs han sobrevivido al mundo de las redes sociales gracias a sus características inherentes.

Los blogs son repositorios de contenido autoral.

Si antes los blogs se definían como diarios personales, hoy creo que sean mejor descriptos como repositorios de contenido autoral.

Si antes los lectores seguían todas las publicaciones regularmente, como un diario, ahora acceden según sea necesario sin seguir un orden establecido. Saben que la información producida por ese autor estará disponible allí y catalogada para cuando la necesiten.

Al principio, el bloguero era el sujeto y el personaje de la acción. Hoy continúa existiendo claramente un autor identificado frente a su público, pero el contenido se produce y se piensa considerando al lector como foco.

El sistema se ha reequilibrado de esta manera y no veo ningún riesgo de que desaparezcan los blogs.

Los blogueros son dueños de su contenido

Los blogs no murieron porque los blogueros son propietarios del contenido que producen.

La publicación de un texto en Facebook o en Medium deja al autor a merced de los cambios y desmanes de los CEO de la plataforma elegida (y aquí ni siquiera entraré en cuestiones cambio en el alcance de los algoritmos). Las decisiones de estos vehículos siempre se toman pensando en el lucro de los propietarios y accionistas. El productor de contenido es solo una pieza del engranaje.

Por otro lado, el CEO del blog es el mismo bloguero. En el caso de que hubiera algún problema con el alojamiento o la plataforma donde se publica el material, él todavía tendrá una copia de seguridad de su contenido para restablecerlo en otro lugar. La decisión no depende de nadie a no ser de él.

Los blogs publican contenido perenne

En un mundo donde el contenido se produce cada vez más efímeramente, ya sea porque literalmente desaparece después de unas horas, o porque se pierde en medio del inmenso volumen (y ruido) de la producción actual, los blogs se destacan por ser perennes.

Un lector impactado por una imagen o enlace en una red social no tendrá la acción convertida en un cliente potencial o ventas, a menos que esto suceda de inmediato. El contenido se perderá o será anticuado rápidamente. Dependerá de la propia memoria del usuario, del recuerdo de quién fue el autor, qué producto o qué hashtag se utilizó para que la acción surta efecto en el futuro.

Por otro lado,  en los blogs, la mayor parte del contenido es atemporal, hecho para largo plazo o se renueva fácilmente después de una actualización. Si un usuario hoy quiere releer un artículo que vio en un blog hace diez años, lo encontrará con bastante facilidad. Y si el bloguero mantiene su contenido optimizado, es muy probable que el contenido siga siendo relevante para ese lector.

Los blogs producen contenido buscable

Los blogs no han muerto, y no tengo ninguna predicción pesimista para el futuro de la plataforma, ya que producen contenido que se puede indexar fácilmente en los motores de búsqueda.

Por mucho que haya evolucionado el mundo en red, cuando algún usuario tiene una duda o un problema y necesita resolverlos, su primera actitud es buscar la solución en Google. Y allí estarán los blogs representando una buena parte de la lista de resultados.

Por lo tanto, la muerte de los blogs no llegará tan rápido, ya que depende de que Google muera primero. Y de que cualquier motor de búsqueda que reemplace a Google también deje de existir.

Puedo imaginarme un mundo sin Facebook, Twitter o Instagram en un futuro cercano. Pero todavía no logro entender cómo sería la Internet sin su estructura de navegación concebida a partir de los resultados de búsqueda.

La importancia de los blogs en el sector turístico.

Los blogs siguen siendo relevantes en cualquier industria o nicho de mercado, pero son particularmente prominentes donde el proceso de conversión de lector a consumidor se dé a largo plazo.

Y esto es especialmente válido en el sector de turismo.

Si bien es posible impactar a un gran número de usuarios a corto plazo al compartir fotos y videos de destinos, hoteles y actividades, es a largo plazo –en una escala de meses o incluso años– que tales esfuerzos se concretarán. En este tiempo, sin embargo, el camino recorrido por el consumidor, el turista potencial, sufrirá numerosas desviaciones. En su trayecto, será abordado por otras acciones, productos y destinos competidores.

En la parte inferior del embudo, al final de su proceso de toma de decisión, recurrirá a Google para sus dudad de última hora. Y allí estarán los blogs, vivos como siempre, para dirigirlo a la conversión más apropiada.

*Carlos Arruda es autor del blog Vida Cigana y director de la ABBV – Asociación Brasileña de Blogs de Viaje (2018-2020).

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