* Por Luiz del Vigna (ABETA – Asociación Brasileña de Empresas de Ecoturismo y Turismo de Aventura)
En tiempos de cuarentena y operaciones turísticas suspendidas, es natural que surjan investigaciones y proyecciones para el futuro del segmento. Natural es también el sentimiento de incertidumbre sobre lo que vendrá en breve. Después de todo, el turismo de naturaleza, así como el turismo en general, fue el primer sector afectado y muy probablemente será el último en recuperarse.
Esto puede explicarse por algunos factores: la demora en volver a la “vida normal” y la muy probable falta de confianza por parte de los turistas para viajar y poner en práctica el deseo de vivir nuevas experiencias. Dicho esto, ¿cómo será este nuevo turismo? ¿O en qué pilares se apoyará para satisfacer mejor los deseos de los viajeros? ¿Cómo deben prepararse los profesionales y el trade en general?
En ABETA (Asociación Brasileña de Empresas de Ecoturismo y Turismo de Aventura), todavía estamos tratando de entender la profundidad y complejidad de la crisis, y cómo afectará a nuestros asociados, al segmento de turismo de naturaleza y a la sociedad a corto, mediano y largo plazo. Aunque estemos dentro de una gran nebulosa de dudas, cuando salgamos del otro lado tendremos algunos indicios, –intrínsecos al ecoturismo– y expectativas de lo que será el “nuevo turismo de naturaleza”.
Con inclusión social y creación de empleo
Ya se sabe el potencial de empleabilidad que tiene el turismo de naturaleza específicamente. Y así debería continuar, especialmente si pensamos en la reactivación de la economía y las políticas de empleo. Esto, por supuesto, cuando pase este período de incertidumbre, siguiendo las recomendaciones de los organismos especializados, como el Ministerio de Salud y la OMS.
Dentro del amplio campo del sector turístico (el turismo en Brasil emplea aproximadamente a 7 millones de personas y constituye el 8,1% del PIB), el turismo de naturaleza tiene una gran capacidad de generar empleos en lugares donde no hay otras oportunidades.
Además, también tiene un alto poder para emplear a personas con baja instrucción formal. Entonces, con nuestro potencial natural, el sector tiene una presencia geográfica muy grande y la fuerza de la inclusión social dentro del turismo de naturaleza es al mismo tiempo muy poderosa.
Con sostenibilidad, de las premisas a la práctica de las operaciones
A diferencia de otros enfoques turísticos, digámoslo así, el turismo de naturaleza funciona con operaciones a pequeña escala, lejos de las multitudes. Por supuesto, en tiempos posteriores a la cuarentena eso tendrá aún más sentido. Esto se explica desde el concepto, en oposición a la gran escala de producción, en armonía con el medio ambiente, causando el menor impacto posible –preferiblemente cero–. Por lo tanto, no hay forma de discutir o pensar sobre turismo sin basarse en el tema de la sostenibilidad.
Según un estudio del Allianz Partners Group, que analizó las tendencias que pueden dar forma al futuro, para 2040 los viajes internacionales serán más rápidos, más fáciles y más ecológicamente sostenibles, y prometen proporcionarle al viajero una experiencia mucho más interesante. Después de todo, los turistas se están preocupando más por los desechos producidos, los sellos de calidad, la disminución de las emisiones de carbono, etc.
Es decir, para que esto se materialice, la sostenibilidad en el turismo de naturaleza debe estar en la base de toda y cualquier empresa u operación. Y esa sostenibilidad se refiere no solo a la conservación del medio ambiente, sino también a la sostenibilidad económica y social inherente al sector.
En otras palabras: la sostenibilidad no es solo reciclar papel o separar la basura. Debe estar presente desde la elección de los proveedores hasta los pequeños productores locales de alimentos. Y también en la contratación de profesionales de la región donde se encuentra la base de operaciones turísticas, para generar ingresos para las comunidades regionales, empoderar a las personas e incentivar la economía de manera sostenible.
La sostenibilidad también está en la conciencia ambiental, al hacer participar a los colaboradores en el discurso de conservación de la naturaleza y los entornos naturales. Dicho mensaje debe llegar a los turistas, para que también “abracen la causa” y se responsabilicen de las atracciones naturales.
Con promoción del bienestar
Se sabe que experimentar la naturaleza es una gran fuente de salud física y mental. El contacto con entornos naturales y actividades al aire libre son capaces de proporcionarnos numerosos beneficios. Todo esto nos calma, elimina el estrés causado por la rutina de las grandes ciudades e incluso mejora el acondicionamiento físico, manteniendo el cuerpo y la mente más saludables.
Por lo tanto, será algo a lo que la población recurrirá más que nunca, y debemos estar preparados para ese momento. Después de este encierro obligatorio al que todos estamos sometidos, es de esperar un gran anhelo por actividades al aire libre.
Para tener una idea, aún en 2018, según la encuesta “Planes de los brasileños para 2019”, encargada por el Copenhagen Institute for Future Studies, el 63% de los entrevistados priorizó la atención médica. A continuación vienen:
- Estudiar y aprender cosas nuevas: 56%
- Practicar actividades físicas: 54%
- Vivir nuevas experiencias: 47%
- Dedicar más tiempo a sí mismo: 45%
- Hacer viajes interesantes: 44%
Basta con ver las respuestas para entender que las personas quieren practicar ecoturismo y turismo de aventura, tener un mayor contacto con la naturaleza y la vida al aire libre. Aunque, simplemente, todavía no lo saben. Y esa proyección tiende a aumentar.
Luego, debemos apoyarnos mutuamente y fomentar la esperanza de un futuro mejor. La crisis anticipa el futuro, y el futuro deberá ser natural, sostenible, colaborativo e inclusivo.
Sin embargo, hasta que el futuro se convierta en presente, no es razonable negar la magnitud del problema. Pero es posible diseccionarlo, analizarlo y pensar en soluciones que satisfagan la nueva demanda que está por venir.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no necesariamente reflejan la posición de WTM Latin America.