*Por Toni Sando (Presidente de UNEDESTINOS)
Las acciones para enfrentar la pandemia de COVID-19 son tan dinámicas que hacen del trabajo predictivo un desafío sin precedentes. Leer el futuro es una actividad muy delicada en el contexto actual. Sin embargo, muchos se arriesgan en ejercicios de futurología que pueden vender exageradamente tanto el optimismo como el pesimismo extremo. Y no es diferente para los destinos.
Mucho se dice acerca de cómo el sector del turismo, eventos y viajes es uno de los más afectados por la crisis, el primero en sentir sus impactos y el último en superarlos. Por ello, las entidades y asociaciones se reúnen y dialogan digitalmente todos los días, tanto para la formulación y práctica de acciones de afrontamiento como para planificar la reanudación tan esperada.
UNEDESTINOS, Unión Nacional de CVB y Entidades de Destinos, cuenta con más de 40 destinos asociados en Brasil, y ha estado promoviendo y difundiendo entre sus miembros proyectos con las mejores prácticas.
Hay tres niveles de medidas gubernamentales: el de los municipios, el de los estados y el federal, con la creación de medidas provisionales, decretos y recomendaciones, además de las negociaciones sindicales. Los destinos, a través de sus Convention & Visitors Bureaus, se esfuerzan por comprender cuáles son las soluciones existentes más viables para la conservación del empleo de sus colaboradores (y de los colaboradores de las empresas asociadas), para el mantenimiento del trabajo de captación de eventos futuros (con vistas a garantizar un escenario prometedor para los próximos meses y años) y para la planificación de la vuelta a la ‘normalidad’.
Sin embargo, el debate principal del momento es la creación sectorial de protocolos para reanudación de los viajes en auto, ómnibus y avión; celebración de eventos; alimentación; alojamiento y apertura de atracciones y entretenimiento, entre otros.
La creación y aprobación de los protocolos son esenciales para los destinos, para lograr reactivar la economía del turismo lo antes posible de manera segura, entendiendo que se dividirá en fases, con la reapertura gradual del comercio basada en el éxito del aislamiento social y la baja del índice de ocupación de las UTI hospitalarias; protocolos de funcionamiento durante la persistencia de la COVID-19, que permitan la reactivación de la economía, aunque sea solo para mantener empleos y el mínimo de operación; y, finalmente, los protocolos en un mundo poscoronavirus, con la existencia de la vacuna, pero con nuevos hábitos de consumo de bienes y servicios en todo el mundo.
Con la reanudación de las actividades, las entidades y asociaciones comprenden la importancia de una promoción para valorar los destinos nacionales y fomentar el turismo regional. Es un paso correcto y debe sincronizarse con los nuevos protocolos, a los efectos de brindarle al visitante seguridad para realizar sus viajes, ya sean de ocio o de negocios, con certificados de salud e higiene.
Hay ejemplos mundiales que pueden seguirse en la industria del turismo, eventos y viajes. Depende de las autoridades públicas, con la participación de la sociedad civil, comprender cuál es la mejor solución que se ajusta al contexto nacional.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no necesariamente reflejan la posición de WTM Latin America.