*Por Luciane Leite
Llevamos casi dos meses trabajando en un escenario sin precedentes en Brasil y en el mundo. Millones de personas en home-office, totalmente dependientes de la tecnología, y millones de otros profesionales con contratos suspendidos o desempleados; fruto de la pandemia del nuevo coronavirus. La OMS ‒Organización Mundial de la Salud‒ preveía un brote similar al generado, pero no sabía con seguridad qué enfermedad o virus causaría ese impacto global.
Sin embargo, es muy posible que ni siquiera los estudios de la OMS previeran la paralización de la economía mundial. De forma abrumadora, la pandemia instalada cambió las configuraciones actuales de las relaciones comerciales; de la operación de los programas de salud en todo el mundo; del comportamiento de consumo de las personas; y del derecho de los ciudadanos a ir y venir.
En silencio, el nuevo coronavirus se extendió por el mundo y afectó fuertemente a la industria del turismo. Las aerolíneas, cadenas hoteleras, turoperadoras, agencias de turismo, empresas de transporte, los restaurantes y destinos turísticos de ocio o de negocios presenciaron la desaparición de sus viajeros y, en consecuencia, de sus ingresos.
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), el turismo dejaría de recaudar US$ 2,1 billones para la economía mundial y eliminaría 75 millones de empleos en el mundo. Phocuwrigt lanzó recientemente una plataforma que muestra a las empresas que están despidiendo personal o suspendiendo contratos. En solo 30 días, 537.990 profesionales del turismo perdieron sus empleos. Otra proyección, en este caso un estudio realizado por Delloitte, estima que la reanudación de la actividad turística debe de ser lenta y gradual, con viajes nacionales a partir de septiembre e internacionales a partir de diciembre.
En medio de la crisis, oportunidad. La afirmación ya fue utilizada por muchos gurús de negocios. Pero siempre vale la pena enfatizar que, en medio del caos, se necesita atención, sensibilidad y una inversión adicional en conocimiento y en relaciones.
Si el mercado laboral ya demostraba a menudo ser brutal, la pospandemia exigirá a quienes continúen en sus actividades, o regresen de la suspensión de contratos, acciones rápidas, estratégicas y de alto valor agregado. Mejorar la teoría, la técnica y desarrollar nuevas habilidades contribuye a la formación profesional en este período en que el sector turístico casi no está operando. El conocimiento, como siempre, será un gran diferenciador para los que estarán en la primera línea de la reanudación.
Por otro lado, el networking no solo de los que buscan una recolocación laboral, sino de la industria en general, es la moneda de cambio más importante, oportuna y rica en esta cadena. Con la gente privada de contactos personales, le compete a la tecnología cumplir el papel de aliada y unir a profesionales, asociaciones, trade y representantes importantes para dar voz en la búsqueda de soluciones para una salida contundente y expresiva en todos los eslabones de la cadena.
En octubre se llevará a cabo WTM Latin America, quizás la primera gran reunión de nivel internacional sobre turismo en Brasil. Será un momento único para mirar hacia el futuro y construir juntos nuevos caminos que darán un nuevo significado a la industria turística latinoamericano.
Lo que es seguro es que, aunque sea lentamente, la economía se reactivará. El turismo se recuperará y necesitaremos una fuerza laboral competente, alineada y ajustada para volver al nivel que la industria turística ocupaba en la economía global.
Será un trabajo duro, de compromiso y mucho aprendizaje, pero completamente viable. Después de todo, tenemos una sociedad entera lista para que, ante la menor señal de mejora, hagamos un esfuerzo para buscar juntos medios de sostenibilidad empresarial en una nueva forma de encarar el mundo.
*Luciane Leite es directora da WTM Latina America, principal evento B2B de viajes y turismo de América Latina.