*Por Cámara de Comercio y Turismo LGBT de Brasil
“El nivel de exigencia es tan inexplicablemente bajo para las viajeras lesbianas que, al hacer cualquier cosa para atender a las mujeres queer, la industria de turismo LGBTI+ estará elevando el nivel”. La frase de Meg Ten Eyck ‒editora del blog Every Queer‒ dirigida al público LGBT, principalmente lesbiano y queer, lleva consigo la importancia de sacar a la luz la invisibilidad de este público en el turismo.
Esa industria terminó, durante mucho tiempo, por concentrar sus esfuerzos, contenido y acciones en el público formado por hombres gay. La inviabilidad lesbiana en el turismo es un reflejo de cómo se trata a estas mujeres en la sociedad, ya que existe un doble prejuicio: por ser mujer y por ser LGBTI+. En los principales eventos mundiales, el turismo LGBT pasó a abordarse y discutirse, pero siempre centrándose en los hombres gay. Así, la invisibilidad lesbiana es una de las principales cuestiones del sector, ya que existe escasez de información y productos específicos para dicho público.
“Las mujeres queer, no binarios y transgéneros lidian con cuestiones únicas que otras personas LGBTI+ pueden no entender. Las mujeres queer, por ejemplo, siempre seremos mujeres, un grupo por sí solo muy marginado en muchas partes del mundo. También somos queer, lo que nos expone doblemente a posibles problemas de discriminación y violencia”, recuerda Meg.
Los viajeros LGBTI+ enfrentan dificultades para viajar por el mundo, ya que las políticas y la aceptación social de las personas LGBTI+ varían de un país a otro. Así, la seguridad acaba siendo la principal preocupación. Pero afecta todavía más a las lesbianas, ya que las cuestiones de género también son variables en diferentes destinos, y la comunidad trans es aún más marginada.
El sector turístico, por tanto, necesita acoger aún más la diversidad, ser más inclusivo y sacar a la luz debates dirigidos a ese público. Para que se dé esa inclusión en la industria y sirva de alerta para toda la sociedad, queers, lesbianas y trans deben estar presentes en los foros, debates, ferias y simposios participando activamente. Después de todo, eso es la diversidad: aportar nuevos puntos de vista sobre un tema.
En general, el turista LGBTI+ es un público que viaja y consume más. Otro aspecto es la lealtad, porque cuando se les trata bien, regresan y recomiendan a sus conocidos. En el universo lesbiano, esto se vuelve aún mayor, ya que todavía hay poca representatividad en la industria del turismo.
Es necesario que toda la cadena turística, no solo los destinos, comience a comprender la importancia de estos viajeros y dirija sus esfuerzos a volverse más atractivos, diversos y, principalmente, seguros. Según Dana Picolli ‒mujer queer y editora del sitio web Queer Media Matter‒, es necesario que el sector deje de invertir siempre en hombres gay cuando se trata de turismo LGBTI+. Los destinos y las empresas deben tener un mindset diverso e inclusivo, además de saber más sobre estos temas. Y, lo más importante, entender el comportamiento de las lesbianas, queer y trans. “Escuchar a este público, saber lo que buscan y piensan es fundamental para cualquier cambio”, comenta Picolli.
Para Merryn Johns ‒editora en jefe de Curve Magazine‒, las políticas inclusivas deben ir más allá de poner el arcoíris en sus campañas. Es necesario que haya una concientización de todo el equipo y que, en los esfuerzos de Marketing/Publicidad, utilicen lesbianas, queer y trans para mostrar un discurso que, de hecho, sea diverso e inclusivo.
Es urgente iniciar un diálogo de sensibilización sobre la importancia de ese público. Una forma de dar el primer paso es llevar los principales nombres de referencia de ese público a los eventos de turismo para participar en los debates, es decir, dar espacio a su voz.
Las opiniones expresadas en este texto son las del autor y no reflejan necesariamente la posición de WTM Latin America.