El papel de las operadoras en el desarrollo de destinos inolvidables y experiencias increíbles

El papel de las operadoras en el desarrollo de destinos inolvidables y experiencias increíbles

*Por BRAZTOA (Associação Brasileira das Operadoras de Turismo)

El trabajo de las operadoras de turismo va mucho más allá de la promoción, distribución y comercialización de destinos. Y no es que eso sea poco — todo lo contrario. Esta función tiene un valor inmenso, tanto por los números como por la capilaridad: solo en 2023, los asociados de BRAZTOA realizaron más de 11,8 millones de embarques. Conectaron destinos y el mundo con miles de viajeros, entregaron sueños, crearon recuerdos y llevaron el mundo a millones de brasileños.

Esa capacidad de promover, comercializar y distribuir es ampliamente reconocida por el sector. Pero lo que queremos destacar aquí es otra faceta, muchas veces menos percibida, pero igualmente estratégica: el papel de las operadoras en la construcción y estructuración de productos turísticos.

Las operadoras son como verdaderos chefs de cocina: combinan conocimiento, técnica, dedicación y un cierto “don” para seleccionar los ingredientes adecuados y crear experiencias únicas e inolvidables. Saben cuándo realzar un sabor local, suavizar excesos, equilibrar elementos y entregar algo que realmente encante.

La metáfora gastronómica no es casual: así como los mejores platos nacen de la mezcla entre repertorio, técnica refinada y sensibilidad, los viajes más memorables son fruto de un proceso cuidadoso de cocreación, planificación y conexión con el territorio.

Las operadoras son piezas clave en este proceso. Son especialistas en transformar lugares en destinos inolvidables y viajes en experiencias increíbles.

1. El ingrediente secreto: conocimiento del mercado y del territorio: Las operadoras conocen profundamente los destinos. Mantienen una relación constante con ellos a través de capacitaciones, visitas técnicas, participación en ferias y programas de inmersión. Esta vivencia real se suma a una mirada práctica del mercado y a un conocimiento “de campo” que permite una curaduría atenta y responsable, considerando las demandas reales de los viajeros, las tendencias del mercado y, principalmente, el potencial y los límites de cada lugar.
Identificar lo que realmente tiene valor turístico, lo que puede ser potenciado, saber qué incluir, qué dejar fuera y cómo componer una experiencia equilibrada es fruto de mucha escucha, vivencia y bagaje acumulado a lo largo del tiempo.

2. Cocreación con los destinos: cuando el repertorio se convierte en valor: Las operadoras también aportan un ingrediente poderoso para contribuir con los destinos: el repertorio de quienes ya han visto, vivido y vendido muchas cosas. Con un repertorio vasto, adquirido a lo largo de años actuando en Brasil y en el extranjero, las operadoras poseen una visión única y valiosa. Comparan, analizan y aplican ese conocimiento en la curaduría de lo que se va (o no) a convertir en producto turístico.
Ya han visto modelos que funcionaron (y otros que no), comprenden lo que está surgiendo, lo que inspira y lo que atrae al viajero contemporáneo. Esto hace que el proceso de desarrollo sea más ágil, calificado y acorde con la demanda real.
Ese bagaje es poderoso. Les permite actuar como socias estratégicas de los destinos, aportando conocimiento de mercado, generando ideas y ayudando a construir o rediseñar productos turísticos con identidad, propósito y atractivo comercial.

3. Hacerlo vendible es parte del desarrollo: Desarrollar un destino turístico no es solo activar su vocación o calificar sus atractivos. También es pensar en cómo se conecta con el mercado. No basta con crear una buena experiencia — es necesario que sea accesible, comunicable y, sobre todo, comercializable.
Las operadoras tienen la experiencia de transformar vivencias locales en productos turísticos estructurados, con formato, narrativa, precio y distribución adecuados a distintos perfiles de viajeros. Esa capacidad de “traducir” el territorio para el mercado es un puente esencial para el desarrollo sostenible y el acceso a nuevos públicos.
Muchas veces, es esa mirada la que saca a un atractivo del anonimato y lo transforma en un verdadero motivo de viaje, convirtiendo experiencias en productos turísticos consistentes y deseables. Participar de ese proceso desde el inicio permite crear productos más vendibles, que respetan la esencia local y que tienen atractivo para el público adecuado.

4. Desarrollo con acceso real: Las operadoras son, al mismo tiempo, especialistas y canales de comercialización. Esto significa que su actuación estratégica también puede garantizar que el destino llegue a los canales adecuados, en el estante correcto, para el público ideal.
Trabajar junto a ellas es asegurar que el desarrollo del destino ya nazca con acceso al mercado y perspectiva de escala — respetando el tiempo, la identidad y la capacidad local de cada territorio.

5. Una alianza que impulsa: La actuación de Braztoa, a través de programas como la Academia Braztoa de Excelencia, refuerza ese papel transformador de las operadoras. Al promover capacitaciones, mentorías, intercambio de buenas prácticas y acciones de acercamiento con los destinos, la entidad fortalece la relación entre el mercado y el territorio, contribuyendo al desarrollo de la oferta y ampliando el acceso al mercado.
Más que formar e informar, la Academia aporta una mirada de mercado, destaca tendencias, provoca reflexiones e invita a los profesionales locales a pensar sus territorios con foco en el encanto y la sostenibilidad.
Al fin y al cabo, las experiencias increíbles nacen de la combinación entre identidad local y experiencia de mercado — y en eso, las operadoras son maestras.

Crear destinos inolvidables no es obra del azar — es resultado de técnica, sensibilidad, visión de mercado y, sobre todo, trabajo conjunto.
Así como un gran chef necesita conocer bien sus ingredientes, quien estructura experiencias turísticas necesita comprender profundamente el territorio, sus potencialidades y sus límites.

Las operadoras de turismo son esas especialistas. Combinan conocimiento práctico, repertorio global y una escucha atenta al viajero.
Saben transformar buenos productos en grandes experiencias y destinos prometedores en referencias de mercado.

Fortalecer el papel de las operadoras en ese proceso es abrir camino para un turismo más calificado, conectado con el mercado y con las expectativas de los viajeros.
Es reconocer que, detrás de cada experiencia inolvidable, hay un trabajo técnico y creativo que merece visibilidad, respeto y espacio para actuar con aún más impacto.

Porque en el turismo, como en la gastronomía, lo que realmente marca es aquello que despierta todos los sentidos, que está hecho con alma, conocimiento e intención. Y en eso, las operadoras son verdaderas maestras.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *