*Por Marília Borges, consultora de Euromonitor International

Las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en la economía brasileña son evidentes, con el cierre permanente de empresas en un sinfín de sectores, incluidos los servicios como los viajes. Esto lleva a un deterioro del mercado laboral, que afecta a los niveles de confianza de los brasileños y a su disposición a gastar en bienes y servicios no esenciales, como el turismo. Por ello, los brasileños revisan sus planes de viaje para ajustarse a su restringido presupuesto, y esto sucede porque existe una demanda reprimida de ocio y entretenimiento, provocada por el largo periodo de distanciamiento social y la restringida movilidad.

En este sentido, el turismo aprovecha su atractivo aspiracional para satisfacer esta demanda reprimida. Sin embargo, los brasileños gastan con cautela, dadas las incertidumbres que aún rodean el escenario económico, así como el mayor riesgo de contaminación del COVID-19 que traen las nuevas variantes, como la delta. Con ello, los turistas brasileños también revisan sus planes de viaje para disminuir la duración media de la estancia y evitar las atracciones y los puntos de venta de comida abarrotados.

Además, los viajes nacionales de corta distancia son los que impulsan la recuperación. Por esta razón, los brasileños dan prioridad a los medios de transporte por carretera siempre que sea posible, lo que beneficia al alquiler de coches. Viajar en un coche privado da a los viajeros una sensación de mayor control sobre su experiencia, ya que pueden decidir cuándo salir y cuándo volver, así como adaptarse a cualquier cambio de planes de última hora.

El sector del alojamiento esboza un movimiento de recuperación desde el frente doméstico

En la categoría de hospedaje, los turistas de Brasil se dirigen al ámbito nacional. Dado que los brasileños siguen teniendo restricciones para viajar al extranjero, y que la devaluación de la moneda brasileña encarece los planes de viaje al exterior, los turistas priorizan los itinerarios en el espacio nacional, lejos de los centros urbanos. En este contexto, las categorías de hospedaje, como los complejos turísticos, se ven beneficiadas, ya que ofrecen a los turistas opciones para realizar actividades al aire libre, a la vez que proporcionan un entorno que evita las aglomeraciones. En este sentido, los turistas esperan que el alojamiento se convierta en el propio destino.

Los destinos naturales también se benefician, ya que proporcionan una sensación de mayor seguridad sanitaria, dados los estrictos protocolos para evitar el sobreturismo (overtourism) en estos lugares. Como consecuencia, surge en la mente de los brasileños la preocupación por el impacto social y medioambiental de la actividad turística. Cuando eligen destinos fuera de los centros urbanos, los brasileños buscan oportunidades para apoyar las actividades económicas locales mientras disfrutan de la experiencia local más auténtica posible. Hospedarse en una pequeña casa de huéspedes o incluso en la casa de un lugareño, así como contratar servicios de agentes locales, son ejemplos de este tipo de prácticas. En cuanto a los impactos ambientales, los brasileños son cada vez más conscientes de la importancia de eliminar correctamente los residuos, por ejemplo, sobre todo cuando visitan destinos en la naturaleza.

Los intermediarios aprovechan la digitalización más allá de su carácter puramente transaccional

Las reservas en línea están registrando un fuerte rendimiento y allanan el camino hacia una industria cada vez más digitalizada. Sin embargo, los brasileños dependen en gran medida de la experiencia cara a cara a la hora de reservar viajes y esto demuestra que la creciente digitalización del turismo viene a mejorar la experiencia de los viajeros a la hora de hacer sus reservas, en lugar de suprimir definitivamente las transacciones offline.

Además de la naturaleza transaccional del uso de las herramientas digitales, también hay expectativas de los consumidores de que la tecnología sea cada vez más importante para que la experiencia de viaje sea perfecta. El uso ético de los datos de los consumidores para ofrecer sugerencias de productos más asertivas es ya una realidad, lo que ayuda a los intermediarios a optimizar las ofertas para unos clientes cada vez más exigentes, ya que los veraneantes adoptan la auténtica experiencia de viaje con curaduría.

La preocupación por la seguridad sanitaria seguirá siendo predominante a corto y medio plazo

La recuperación del turismo en Brasil está estrechamente relacionada con el avance de la vacunación masiva en el país. Además, uno de los principales inmunizantes utilizados para la vacunación masiva en Brasil es la vacuna china Coronavac, que ha entrado en la lista de vacunas aprobadas por la OMS, pero que aún no ha sido aprobada por las autoridades sanitarias de EE.UU. y la UE. Por lo tanto, no sólo hay que tener en cuenta la disponibilidad de vacunas, sino también su aceptación internacional a la hora de evaluar la posición de Brasil en el turismo mundial.

La preocupación por la seguridad sanitaria seguirá siendo relevante a corto y medio plazo, ya que los turistas esperan que las empresas garanticen la completa higienización de las superficies de alto contacto y el distanciamiento social. En consecuencia, las empresas seguirán aprovechando la tecnología para ofrecer experiencias sin contacto durante los viajes, como los procedimientos de facturación sin contacto en los aeropuertos.

Hasta que la demanda se restablezca a niveles comparables a los de antes de la pandemia, las aerolíneas, los intermediarios y las empresas de alojamiento recurrirán a estrategias de precios agresivas para que los consumidores sigan gastando a base de “reservar ahora, viajar después”. Una vez que la demanda se recupere de forma sistemática, se espera que los precios vuelvan a los niveles anteriores a la pandemia, y que las tasas de ocupación de los hoteles y de las aerolíneas vuelvan a niveles financieramente sostenibles.

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Las opiniones expresadas en este texto son las del autor y no reflejan necesariamente la posición de WTM Latin America.